domingo, 23 de junio de 2013

Del cuerpo a la danza y de la danza a la música




En principio, después de documentarme todo lo posible, pude llegar a una conclusión antes de escribir mi ensayo “Este cuerpo no nos pertenece”. Somos una producción social, es decir un resultado de un trabajo de <<gestación social>>  en el que estamos condicionados por los diferentes códigos sociales y relaciones: moda, códigos de cortesía, prácticas amorosas, etc., así de ésta manera nuestro cuerpo es utilizado.

Planteando así el asunto puedo decir también que nuestro cuerpo es un utensilio (completo e importantísimo) un instrumento, un producto. Parto de aquí para hacerles la siguiente pregunta: ¿Para qué usas el cuerpo?.

El hacer corporal es algo bastante complejo que no sólo se basa en movimiento, también participa de una transmisión y un aprendizaje cultural que no pasa en esencia por vías discursivas y racionales. Aprender a moverse  y aprender a cambiar patrones de movimiento, tanto en técnicas simples y cotidianas (correr, saltar, dormir, etc.), como en las extras-cotidianas (conjunto de actividades relacionadas con determinadas funciones que requieren aprendizaje formal (orador, actor, danzante, músico) es un fenómeno psicológico y psicomotriz con lógica propia, es decir, el movimiento es una producción social y también un fenómeno individual interior.

Así es, danzar es una actividad o técnica extra-cotidiana, de una naturaleza efímera y espontánea que consiste en una coordinación estética de movimientos corporales. ¡Lo que resulta fascinante e interesante en el movimiento (a pesar que todos somos seres con dos piernas) nos movemos de manera diferente, de acuerdo tanto a nuestras proporciones física como a nuestro temperamento!. Pero ¿Qué relación existe entre ella y la música?; podría afirmar sin temor a equivocarme que la humanidad danza por los mismos motivos por los que hace música; por ejemplo: si canta expresa un estado íntimo de sentimientos así mismo danzará parejamente con ellos; Es claro que el estilo y la forma cambiará, pero el principio es el mismo.

La danza y la música se basan en los mismos principios: el agógico, que estimula la lentitud o la rapidez de cada movimiento en el tiempo el desenvolvimiento del gesto y el dinámico, que determina el modo de actividad muscular con que los gestos e suceden unos a otros, su fuerza, los dos siempre bajo el mismo dictado del ritmo; musical en el caso de los sonidos y plástico en el caso de los movimiento corporales de la danza.

La danza en sus elementos corporales es puramente plástica, enseguida al combinarse con el sonido, tendremos un doblaje plástico por un lado y sonoro por otro y es tanta la necesidad del ser humano de expresar e unir estas artes que si las contemplamos aislada la danza sin la música, nuestra memoria auditiva tiende a “cantar” los ritmos dentro de nosotros y si ocurre lo contrario nuestro cuerpo tiende a reproducir movimientos.

“Toda danza tiende a una melodía que habrá de envolverla y toda música tiende a la danza”.






1 comentario:

  1. Es muy pertinente y actual, el arte es imposible de comprender sin su vínculo con el cuerpo éste como medio para expresar lo interno del sujeto, pero no por ello debe quedar como suprimido, por el contrario es parte del proceso creativo.

    Saludos

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